Secuestro de un avión en Brasil: ¿cuál es la historia real del vuelo 375?

En 1988, Brasil vivió un episodio de mucha tensión en el aire que pudo cambiar la historia del país. Descubre más sobre el secuestro del vuelo comercial que acabó convirtiéndose en película.

Por Redacción National Geographic
Publicado 7 feb 2024, 15:00 GMT-3
Esta fotografía muestra una reproducción de la llegada del avión Vasp al aeropuerto de Goiânia (Goiás) ...

Esta fotografía muestra una reproducción de la llegada del avión Vasp al aeropuerto de Goiânia (Goiás) en Brasil. La escena es parte de la película El secuestro del vuelo 375.

Fotografía de Divulgación Star Original Productions

A finales de los años 1980, un intento de atentado pudo cambiar el curso de Brasil y, en consecuencia, de Sudamérica. Una historia impresionante, pero casi desconocida durante décadas, llegó a las pantallas de cine en diciembre de 2023 y ahora se transmite por streaming en Star+ (a partir del 7 de febrero) con la película El secuestro del vuelo 375, un largometraje coproducido por Star Original Productions, perteneciente al grupo Disney.

Pero, ¿cuál es la verdadera historia que la película ha sacado a la luz? ¿Cómo fue el secuestro del vuelo 375? ¿Cuál era la verdadera intención del secuestrador y cómo este suceso no se convirtió en una tragedia aún peor? Descubre los hechos reales del secuestro de un avión comercial con más de 100 pasajeros que provocó muerte y tensión en el aire.

¿Cuál era el destino real del vuelo 375?

El 29 de septiembre de 1988, Brasil vivió uno de los acontecimientos más notables de su historia: el secuestro de un vuelo comercial de la desaparecida compañía Vasp con más de 100 personas a bordo. 

El vuelo 375 tenía como destino Río de Janeiro. Previamente, había salido de Porto Velho (en Rondônia, en la parte suroeste de la región norte del país) a primera hora de la mañana, y estaba previsto que hiciera cuatro escalas en el trayecto: Cuiabá (Mato Grosso do Sul), Brasilia (Distrito Federal), Goiânia (Goiás) y Belo Horizonte (Minas Gerais) antes de llegar finalmente a Río. 

En su última escala, en el aeropuerto de Confins (Belo Horizonte), la historia del vuelo cambió por completo. Un pasajero embarcó con intenciones muy diferentes, cuenta el libro Caixa-preta: o relato de três acidentes aéreos brasileiros (en español: Caja negra: la historia de tres accidentes aéreos en Brasil), de Ivan Sant'Anna, publicado en el año 2000. 

Raimundo Nonato Alves da Conceição, un trabajador desempleado de Maranhão, embarcó en el vuelo 375 en Confins, pero su objetivo no era ir a Río, sino obligar al piloto a volar a Brasilia con la intención de estrellar el avión contra el Palacio de Planalto, sede del gobierno federal.

Su objetivo era atacar a José Sarney, presidente brasileño en aquel momento, el primer civil que asumía el cargo tras años de dictadura militar en el país. Como consecuencia, el atentado acabaría también con la vida de todos los que iban a bordo.

El libro cuenta cómo Raimundo Nonato se vio sacudido por la forma en que las condiciones económicas del país le habían afectado personalmente. A finales de la década de 1980, Brasil atravesaba una situación económica crítica, con una inflación media del 17 % mensual y un desempleo que oscilaba entre el 9 % y el 11 %, según datos del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos (Dieese) de ese país. En aquella época, Nonato se encontraba completamente sin recursos para mantener a su familia.

En esta escena de la película El secuestro del vuelo 375, el secuestrador Nonato amenaza al piloto Fernando Murilo con una pistola calibre 32.

Fotografía de Divulgación Star Original Productions

¿Cómo secuestraron el vuelo 375?

El secuestro comenzó unos 20 minutos después del despegue en Belo Horizonte. Nonato consiguió entrar en el avión portando una pistola de calibre 32 e incluso disparó a la puerta de la cabina, asustando a la tripulación y obligando a los pilotos a abrir la puerta. 

Nonato irrumpió entonces en la cabina del piloto Fernando Murilo de Lima e Silva y del copiloto Salvador Evangelista para amenazarlos y decirles que iba a secuestrar el avión. A partir de ese momento, les exigió que cambiaran la ruta de vuelo y se dirigieran a Brasilia. El objetivo era estrellar la aeronave contra el Palacio de Planalto y atentar contra la vida del presidente brasileño, José Sarney. 

Según narra Sant'Anna en su libro, los pilotos intentaron dialogar con Nonato para entender la situación. Al mismo tiempo, Fernando Murilo consiguió activar el código 7500 (que significa "interferencia ilícita a bordo"), con lo cual alertó al Centro Integrado de Defensa Aérea y Control del Tráfico Aéreo (Cindacta), que controla los vuelos y presta apoyo a los aviones comerciales en Brasil. 

A pesar de ello, el copiloto Salvador Evangelista fue víctima de un disparo en la nuca efectuado por el secuestrador y falleció. A partir de entonces, la tensión aumentó y el miedo se apoderó del vuelo. 

La película El secuestro del vuelo 375 describe de forma muy realista lo que ocurrió después: el piloto Fernando Murilo fue lo suficientemente hábil como para hablar con Nonato y hacerle cambiar de opinión. Al fin y al cabo, el combustible disponible en el avión no era suficiente para llegar a la capital de Brasil, como pretendía Nonato.

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    El reparto de la película El secuestro del vuelo 375, que narra la historia real de lo ocurrido en Brasil en 1988.

    Fotografía de Divulgación Star Original Productions

    El desenlace del secuestro del vuelo 375 y las audaces maniobras aéreas del piloto

    Tras el asesinato del copiloto, Fernando Murilo siguió concentrado en convencer al secuestrador de que aterrizara en el aeropuerto de Goiânia, relata el libro. Murilo también intentó mantenerse en contacto con los controladores de vuelo, que ya habían alertado a miembros del gobierno federal y de la Fuerza Aérea.

    Para ese momento, habían enviado un caza para acompañar el vuelo comercial de Vasp, y la orden era derribarlo si se dirigía a Brasilia. Por eso, cambiar la opinión de Nonato y aterrizar en Goiânia era una cuestión de supervivencia para Murilo y todos los que iban en el vuelo. 

    A partir de ese momento, el piloto comenzó a realizar maniobras extremadamente atrevidas para un avión comercial, basándose en su experiencia como piloto de la Esquadrilha da Fumaça (el grupo de la Fuerza Aérea Brasileña especializado en maniobras acrobáticas en aviones pequeños).

    El piloto consiguió incluso dejar el avión en caída libre durante un breve periodo y, con ello, logró desequilibrar al secuestrador, aterrizando el 375 en el aeropuerto de Goiânia, para alivio de la tripulación y los pasajeros. 

    Aún así, el secuestro no había terminado: Nonato seguía armado, amenazando a los pasajeros y la tripulación y exigiendo otro avión para poder llevar a cabo el ataque.

    El tenso asunto del secuestro de un avión en Brasil acabó con Raimundo Nonato Alves da Conceição detenido y, poco después, asesinado. A pesar de haber permanecido desconocido durante tantos años, lo ocurrido con el secuestro revela detalles de un momento crucial en la transformación de la sociedad brasileña y muestra cómo la seguridad en los aviones ha cambiado drásticamente en comparación con años anteriores.

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