La historia oculta de la diseñadora negra de Jackie Kennedy

Ann Lowe era la diseñadora de referencia entre la élite de la moda de mediados del siglo XX. Pero debido a su raza, se resistían a admitirlo.

Por Cathy Newman
Publicado 5 oct 2023, 11:28 GMT-3

Ann Lowe fue el arma secreta de la alta sociedad estadounidense del siglo XX, diseñando vestidos de debutante y vestidos de novia para las familias más importantes del país, incluida la futura Primera Dama Jackie Kennedy. En esta imagen, se la observa ajustando el corpiño de un vestido usado por Alice Baker.

Fotografía de Bettmann Archive Getty Images

El vestido que usó Jacqueline Lee Bouvier para casarse con John F. Kennedy el 12 de septiembre de 1953 era una extravagante cascada de seda color marfil con pliegues, guirnaldas y rosetas cosidos a mano. Pero… ¿Quién lo diseñó? Nunca se mencionó un nombre a pesar de una multitudinaria prensa que registró todo, desde la comida servida en el almuerzo (pollo a la crema, petits fours) hasta el número de niveles del pastel (6).

Tampoco se dijo en 1961, cuando la Primera Dama Jacqueline Kennedy fue entrevistada por el Ladies Home Journal .

Una modista negra lo había diseñado, señaló la revista, "no la alta costura". Jackie podría haber preferido la elegancia parisina (pasó allí su primer año de formación), pero su futuro suegro, Joseph P. Kennedy, se oponía a la alta costura francesa para la novia de un senador estadounidense con una trayectoria política ascendente.

Esa modista tenía un nombre. Ella era Ann Lowe, igual a cualquier modisto francés.

El rechazo le dolió. Como informó Judith Thurman en el New Yorker en 2021, Lowe le escribió a la primera dama para decirle que prefería que se refirieran a ella como una diseñadora destacada: “Lo que soy en todos los sentidos... Cualquier referencia en sentido contrario me duele más profundamente de lo que quizás pueda hacerte comprender”, 

Era una diseñadora famosa. Punto. La lista de clientes de Lowe estaba repleta de nombres como Roosevelt, Rockefeller y DuPont. Creó vestidos para Janet Auchincloss, la madre de Jackie, y vestidos de debutante para Jackie y su hermana Lee. Christian Dior tomó el té con ella en París. Tiendas de lujo como Neiman Marcus y Henri Bendel vendieron su marca. "Un gran logro para cualquier diseñador, y más aún para un diseñador negro", afirma Elaine Nichols, conservadora del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.

“El secreto mejor guardado de la sociedad”, la llamó el Saturday Evening Post.  Sin embargo, dice Nichols, "no era un secreto para las familias más ricas de Estados Unidos", lo que para la especialista es “degradante”

“En ese momento Ann Lowe estaba en la cima de su carrera. Sus clientes estaban orgullosos de hacer saber a los demás que llevaban marcas creadas por Christian Dior, Chanel, Balenciaga y otros diseñadores blancos. No podemos descartar la raza como un factor importante”.

No obstante, la etiqueta persistió y habla de Lowe como una artista cuya perseverancia, coraje y pasión hicieron realidad su sueño de crear vestidos magníficos, pero que debido a actitudes raciales, costumbres sociales y desafíos financieros, nunca ganó el reconocimiento que le correspondía hasta ahora. 

Jacqueline Kennedy posa para un retrato nupcial con su vestido de novia diseñado por Ann Lowe en 1953. La modista negra tardó años en ser reconocida por el diseño del vestido.

Fotografía de Bachrach Getty Images

¿Quién era Ann Lowe?

Nació hacia 1898 en Clayton, Alabama. Su abuela, esclava de nacimiento, y su madre, expertas costureras, confeccionaban vestidos para la alta sociedad de Montgomery.

"La costura fue una de las pocas oportunidades de empleo para las mujeres negras a principios del siglo XX", explica Elizabeth Way, del Fashion Institute of Technology y comisaria de Ann Lowe American Couturier, una exposición que podrá verse en el Winterthur Museum de Delaware hasta el 7 de enero de 2024. "La costura era un trabajo seguro y limpio, y las mujeres podían tener su propio negocio".

Lowe se cosió un vestido a los ocho años, hizo patrones a los diez y, cuando su madre murió en 1914, se encargó de terminar cuatro vestidos encargados por la primera dama de Alabama. Fue, según contó, "la primera gran prueba de su vida".

¿Cómo se sintió? le preguntó el presentador Mike Douglas cuando apareció en su programa de televisión en 1964. Para entonces, ya había empezado a tener cierta prensa nacional y era conocida como la diseñadora del vestido de novia de Jackie. 

"Nunca lo pensé. Podía crear lo que quisiera”, respondió. 

En 1928 se trasladó definitivamente a Nueva York, donde atendía a una clientela muy reducida. "No atiendo a Mary y Sue. Coso para las familias del Registro Social", declaró a Ebony. Way señala que era respetada por las mujeres blancas de élite para las que diseñaba, pero que seguía estando a su servicio. Sabía cómo interactuar con ellas a un nivel que sorteaba hábilmente las diferencias sociales y raciales". En los años veinte, un periódico de Tampa publicó un artículo sobre su trabajo como diseñadora de trajes de novia y señaló que, cuando asistía a las bodas para ayudar a la novia a vestirse o resolver cualquier problema de última hora, vestía un uniforme de sirvienta".

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    Diseños sobresalientes y dificultades económicas

    La mano de obra de Lowe era exquisita. Cada cuenta cosida individualmente. Detalles ocultos: costuras unidas con encaje blanco; el pequeño lazo azul (algo azul) cosido dentro de la enagua del vestido de novia de Jackie. Y las flores: bordadas, pintadas a mano o rosas de seda hechas pétalo a pétalo en espaldera por la espalda del vestido.

    El ajuste: impecable. La difunta Margaret Powell, historiadora textil cuya tesis de maestría fue la primera apreciación académica de Lowe, escribió que "las clientas iban a la tienda de Lowe la noche de sus eventos y se ponían los vestidos. Se vestían en el acto y se adentraban en la noche. Nunca se cuestionaban si les quedaba bien'".

    Su problema era más bien la solvencia. Lowe entraba y salía de la ruina financiera. Las tiendas abrían y cerraban. (Fue la primera afroamericana en tener un salón de alta costura en Madison Avenue). En 1962, debía 10 000 dólares a sus acreedores y 12 800 a Hacienda. Unos amigos le prestaron dinero para pagar a los primeros. La deuda con Hacienda se saldó de forma anónima. Lowe pensó que Jackie Kennedy había intervenido.

    ¿Cómo se puede perder dinero haciendo ropa para ricos? había preguntado Mike Douglas. "Gastan mucho dinero".

    No, no lo hacen, respondió ella.

    Lowe perdía dinero, entre otras razones, porque sus clientes de la alta sociedad regateaban el precio (lo que no harían en una casa de alta costura francesa", dice Way). Un acuerdo para gestionar un salón boutique para Saks Fifth Avenue fue catastrófico cuando resultó que tenía que pagar el personal y los materiales. "Necesitaba un buen contador", dice Nichols. "Ojalá alguien se lo hubiera proporcionado".

    La boda Bouvier-Kennedy fue otra pérdida. Su estudio se inundó, arruinando los vestidos de la novia y las damas de honor justo antes del evento. Lowe y su equipo tuvieron que rehacerlos en 10 días.  Perdió 2200 dólares, pero no dijo nada. Cuando llegó al casamiento con los vestidos, le dijeron que utilizara la entrada de servicio. Se negó, amenazó con llevarse los vestidos a Nueva York y finalmente la dejaron pasar por la puerta principal.

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