#NGXplorers: Andrés Ruzo
Geólogo peruano
¿Por qué elegiste Río Hirviente como objeto de estudio?
Fue algo un poco curioso. De niño, en Lima, había la leyenda de Paititi, el Dorado, una ciudad de oro perdida en la amazonia. En la leyenda había un detalle de un río que hervía en el corazón de la selva amazónica. Pasaron 12 años, yo ya estaba empezando mi doctorado, y empecé a hacerme esa pregunta: ¿realmente puede existir el legendario río hirviente en la amazonia? ¡Y existe! Y así llegué.
¿A qué te hubieras dedicado de no haber podido ser explorador?
Mi primer trabajo fue como actor en una telenovela mexicana. Hasta fui chef. Pero siempre quise algo más. La ciencia siempre me ha encantado y he tenido una relación interesante con los volcanes…¡Me fascinan! Así que elegí el mundo geotérmico.
¿Recuerdas alguna anécdota graciosa en tu trabajo de campo?
En verdad hay varias. Yo colaboré en uno de los artículos para National Geographic Magazine de Diciembre, donde destacamos a jaguares y el peligro que están corriendo. Estábamos entrevistando a un hechicero, uno de estos “brujos” o “chamanes” en el medio de la selva, cuando en medio de la entrevista siento algo que cae sobre mi cabeza. Todos comenzaron a reír. ¡Había un mono sentado en mi cabeza! Era el mono del chamán, que cayó de golpe y se prendió a mí. El chiste de la tribu era que como yo era el más peludo, el monito pensaba que yo era su mamá.
¿De qué se trata el proyecto de Río Hirviente?
Es un proyecto de entendimiento e investigación científica. Tenemos que entender este lugar. Nunca se había documentado antes. En el 2011 fue la primera vez que comenzamos a hacer estudios científicos para destacar este sitio sagrado. Estamos hablando de un río térmico que llega a ser tan caliente que te puede matar. Fluye por más de 6 kilómetros y llega hasta más de 25 metros de ancho, y en su punto más profundo llega hasta 5 metros. Es tan caliente que te puede matar, hervir, pero estaba bajo amenaza. Hay que entender el objetivo de la conservación. Nos urge poner este lugar en valor. En la amazonia peruana estamos perdiendo aproximadamente media cancha de fútbol, por minuto, de selva. Sitios como el río hirviente están bajo este riesgo y quiero hacer todo lo que más pueda para defenderlo.
¿Cómo crees que se puede concientizar a las comunidades en temas de reforestación?
Conservación es un problema económico y eso es algo que mucha gente no quiere admitir. Cuando un árbol grande te puede dar entre 5 mil y 6 mil dólares estadounidense, lo que va a pasar es que la gente va a cortar árboles. Para mí es necesario no solo la educación sino también generar un sistema económico genere más valor al árbol cuando está de pie y no cortado en tablas.
El Dalái Lama tiene un dicho que me guía mucho y es: tenemos que aprender las reglas de juego para poder quebrarlas correctamente. Y para mí, las reglas de juego son el sistema financiero y económico que tenemos. Hay que ver cómo jaquearlo para hacer el bien mayor al planeta.
¿Cómo ves la realidad medioambiental en 20 años?
Esta es una pregunta que me llega al corazón. Tengo un hijo que tiene 2 meses y una cosa que me partió el alma es que, hasta en el cuarto del hospital donde nació, la gente nos dejaba ositos polares, ballenas, leones, estos animales bonitos y carismáticos que nosotros ahora como padres usamos para decorar los cuartos de los niños. Pero la realidad es que, en el caso de mi hijo, es muy probable que la mayoría de esos animalitos que él tiene como juguetes, ya no van a existir en su estado silvestre. Nos urge pensar más allá de lo que estamos haciendo. Pronto vamos a ser más de 8 mil millones de seres humanos. Tenemos que vivir más responsablemente. Estamos viviendo pata “hoy” y tenemos que pensar en el mañana.
¿Cómo te ves tú en 20 años?
Sí sé que voy a seguir haciendo esto. No voy a parar. Cuando estás visitando estos lugares a los que accedes a través de National Geographic, cuando saboreas lo que es estar vivo en este planeta maravilloso que tenemos, no puedes dar vuelta atrás; ya te vuelves adicto a nuestra naturaleza.
*Producción: Mariel Castro y Guadalupe Bengochea.