Una estación espacial está por caer del cielo

Tiangong-1 colapsará en la atmósfera de la Tierra en algún momento entre el 30 de marzo y el 2 de abril. La pregunta es dónde impactará.

Por Andrew Fazekas
Publicado 28 mar 2018, 11:55 GMT-3
Un cohete espacial 2F transportó a la estación espacial Tiangong-1 en órbita en septiembre del 2011.
Un cohete espacial 2F transportó a la estación espacial Tiangong-1 en órbita en septiembre del 2011.
Fotografía de Lintao Zhang, Getty

Una estación espacial china está en una trayectoria de colisión con la Tierra, y las últimas predicciones indican que se derrumbaría casi en cualquier lugar del planeta, en algún momento, entre el 30 de marzo y el 2 de abril.

La nave Tiangong-1, lo que se traduce como “Palacio celestial”, se puso en órbita en septiembre del 2011. La estación fue diseñada con el fin de ser un banco de prueba para tecnologías robóticas, y ha visto diversos encuentros de vehículos, acoplamientos y visitas de astronautas chinos durante su vida operativa. Esta actividad sienta las bases para una estación espacial permanente; el plan chino es lanzarla en un futuro cercano.

En mayo de 2017, oficiales chinos publicaron su primer informe ante las Naciones Unidas (ONU) diciendo que Tiangong-1 había cesado de operar el 16 de marzo de 2016. Aunque mantiene su integridad estructural, la nave ya no posee combustible y no puede ser controlada por equipos en tierra.

Ahora orbitando alrededor de la Tierra a una altitud de 321 kilómetros, la estación está experimentando una resistencia significativa, ya que roza contra la atmósfera exterior más densa del planeta, y está perdiendo altitud a una velocidad de cerca de 4 kilómetros al día. Con el tiempo, Tiangong-1 alcanzará una altitud de cerca de 69 kilómetros y realizará un reingreso ardiente.

Si las piezas de Tiangong sobreviven al descenso, será difícil saber en qué parte del planeta caerán. La estación espacial órbita alrededor de la Tierra dos veces cada tres horas, entre 43 grados latitud norte y 43 grados latitud sur, lo que significa que cada continente, exceptuando la Antártida, está en una zona potencial de caída.

“Todo lo que podemos decir es que se derrumbará en algún lugar entre el límite de latitud, y esa respuesta no cambiará hasta que realmente haya descendido”, asegura Jonathan McDowell, un astrónomo de Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (Harvard-Smithsonian Center de Astrofísica).

En este punto, la fecha de reingreso precisa para el Tiangong-1 permanece desconocida, porque la densidad de la atmósfera superior cambia dependiendo de la actividad solar.

“Cuando falten cerca de 24 horas, podremos predecir el tiempo de reingreso con un margen de tres horas aproximadamente”, agrega McDowell.

Problema de rastreo

Nuestra habilidad para predecir de qué manera se comportarán los satélites que caen está todavía en pañales, en parte porque no tenemos la habilidad de monitorizar en forma global las dinámicas atmosféricas, dice Moriba Jah, un astrodinamista en la University of Texas (Universidad de Texas) en Austin.

“No entendemos todas las dinámicas y mecánicas de la atmósfera con suficiente exactitud y precisión para predecir el futuro”, continúa Moriba Jah. “Esto se traduce como una gran incertidumbre en el recorrido orbital o en la trayectoria de un objeto amenazante, que podría significar la diferencia entre entrar al Océano Pacífico o a los Estados Unidos”, adhiere.

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    Una cápsula espacial tripulada se ensambló con la estación espacial Tiangong-1, en una ilustración publicada por los medios chinos en 2013.
    Fotografía de Li junfeng, Imaginechina, Ap

    Cuando Tiangong-1 reingrese a la atmósfera, se anticipa que la estación espacial colapse, y existe la posibilidad de que fragmentos de hasta 99 kilogramos se estrellen contra la Tierra. Algo similar ocurrió en 1979, cuando la estación de la NASA Skylab desorbitó y no se consumió tan rápido como se esperaba. Partes de la estación llovieron sobre Australia, y a pesar de que nadie salió herido, un condado multó a la NASA por arrojar basura.

    En el informe a la ONU, los oficiales chinos restaron importancia al riesgo de los fragmentos que sobrevivieron al viaje, y Jah y McDowell coinciden que las probabilidades de su lado.

    “La mayor parte del planeta está cubierta por océano, por lo tanto, seguramente, si existieran algunas partes sobrevivientes, lo más probable es que aterricen en alguna parte del océano”, explica Jah.

    “Incluso si alguna impacta sobre tierra firme, la mayoría de la población está centrada alrededor de zonas costeras, lo que reduce más la probabilidad de que cualquier parte sobreviviente cayera en un área densamente poblada”, reconoce.

    Espacio abarrotado

    Aún así, la incertidumbre que rodea a Tiangong-1 debería ser una lección para las agencias espaciales y los fabricantes de satélites a fin de que tengan un plan de respaldo si perdemos el control de grandes recursos en el espacio, admite Jah.

    La International Space Station (Estación Espacial Internacional; ISS), que tiene el tamaño de un estadio de fútbol americano, está en un camino orbital similar a Tiangong-1. Jah dice que la NASA está extremadamente preocupada acerca de cómo desorbitarla en forma adecuada cuando finalice su ciclo.

    “Quizás esta (la estación espacial china que está desorbitando) sea una motivación de las agencias gubernamentales de todo el mundo para proporcionar fondos a los académicos y la investigación con el objeto de realmente entender la ciencia de los reingresos, porque este problema no se irá, sino que se repetirá”, afirma Jah. Y agrega: “Los riesgos también continuarán aumentando, especialmente con un número creciente de objetos en órbita”.

    Con más de 50 mil piezas de basura espacial en órbita rastreadas alrededor de la Tierra, la preocupación principal son las colisiones, agrega McDowell. “Si no comenzamos a mejorar nuestras acciones, el espacio se podría transformar en inservible por todas las esquirlas flotando por ahí”, reconoce.

    Mirada hacia el cielo

    Por ahora, los telescopios alrededor del mundo están vigilando al Tiangong-1, ya que realiza espirales en su caída mortal. Los observadores del cielo pueden sumarse a la vigilia, a través de una transmisión por Internet en vivo desde el Proyecto de Telescopio Virtual, que transmitirá el 28 de marzo a partir de las 12:00 UT (hora universal).

    La estación también es visible a simple vista, y es fácil ver la diferencia entre ella y un avión que pasa. Como muchos satélites y la ISS, Tiangong-1 parece una luz blanca imperturbable deslizándose suavemente a través del cielo.

    Las personas que viven en áreas a mitad de la latitud en los Hemisferios Norte y Sur tienen la mejor oportunidad de ver el reingreso de la estación, dependiendo en la fecha que suceda.

    Los observadores norteamericanos en particular tendrán una vista clara de la estación estrellada en los cielos de la mañana esta semana, mientras que los observadores por arriba de los 60 grados de latitud no verán la estación levantarse por sobre su horizonte. Puede encontrar los horarios específicos para mirar desde sitios privilegiados si ingresa su localización en varios sitios de rastreo de satélites, tales como Heavens Above.

    ¡Esperemos que el cielo esté despejado!

    Informó Michael Greshko.

    Andrew Fazekas, también conocido como Night Sky Guy (el hombre de la noche), es el autor de Star Trek: The Official Guide to Our Universe. (Viaje estelar: la guía oficial de nuestro universo). 

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