Cinco viajes alternativos desde Machu Picchu

No ascienda al Machu Picchu sin haber tenido una de estas experiencias, la forma perfecta de culminar un viaje a Perú.

Por Mark Adams
Publicado 21 feb 2018, 00:08 GMT-3
Líneas de Nazca
Un paseo aéreo de las famosas Líneas de Nazca revela jeroglíficos gigantes, como esta araña.
Fotografía de Robert Clark- National Geographic

Para muchas personas que visitan Perú, Machu Picchu es la atracción principal. Sin embargo, Perú alberga tanta riqueza a nivel ecológico, topográfico e histórico que sería un desperdicio viajar hasta allí sin tomarse un día adicional, o tres, para disfrutar de las maravillas que ofrece el país.

1. CANOTAJE POR EL RÍO SAGRADO

Por las arterias de los Andes corren ríos de aguas bravas, producto inevitable de pendientes empinadas que canalizan el agua de deshielo en cañones estrechos. Debido a ello, Perú es un lugar fantástico para hacer canotaje. El Río Urubamba, que los Incas consideraban una deidad, es un sitio popular para remar. Este corre a través del Valle Sagrado cerca de Cuzco y, eventualmente, envuelve al Machu Picchu en forma de omega. Un viaje típico por el Río Chuquicahuana, que compone la parte alta de Urubamba y está dotado de gran belleza, cuenta con rápidos de clase III y se puede realizar en un solo día desde Cuzco. (Evite los viajes a Urubamba río abajo, que atraviesan un sector contaminado del río). Los remadores más aventureros pueden enfrentar las aguas bravas de clase IV y V del río Apurimac. La traducción de su nombre, “gran orador”, es como un presagio de los rugientes rápidos que lo esperan.

2. CAMINAR POR EL CAÑÓN DEL COLCA

Nadie sabe con seguridad qué tan profundo es el Cañón del Colca, pero los científicos determinaron que, desde el borde hasta la base, hay una distancia de más de 3050 metros, dos veces la profundidad del Gran Cañón. Muchos coinciden en que el Colca es uno de los lugares más hermosos de la Tierra. El inmenso espacio que se abre dentro de esas torres de roca alberga algunos de los escenarios más espectaculares de América del Sur: valles vírgenes, terrazas de la agricultura precolombina que aún se usan en la actualidad, volcanes inactivos y oasis de vegetación. La vicuña, prima más pequeña de la llama, vive en estado salvaje. No obstante, el protagonista del Colca es el majestuoso cóndor andino, un ave cuya población disminuye en otras partes, pero suele avistarse con regularidad en el paso montañoso llamado Cruz del Cóndor. Es posible llegar a las tierras del Colca desde Cuzco, pero la forma más sencilla es tomar un vuelo de 45 minutos hasta Arequipa, que también resulta ser la ciudad más encantadora de Perú.

3. VISITAR LA FAUNA DEL PARQUE NACIONAL DEL MANÚ

Probablemente ningún viaje ilustre mejor la forma en la que los diversos ecosistemas de Perú se suceden uno tras otro que la rápida transición desde las alturas de los fríos Andes de Cuzco hasta la tupida selva amazónica del Parque Nacional del Manú. Esta biósfera, que pudo preservarse gracias a su ubicación remota, se encuentra a tan solo 45 minutos en avión desde Cuzco (o entre 8 y 24 horas o más por tierra, si el clima lo permite, más un viaje en bote de 45 minutos). La mayoría de los recorridos en Manú son en bote, lo que permite observar muy de cerca las vistas de una de las extensiones preservadas de selva más grandes del mundo, que incluye más de 15 000 especies de plantas. Sin embargo, Manú es muy conocido por su enorme cantidad de vida animal: jaguares, tapires, nutrias gigantes, 13 especies de monos y, al menos, un millón de diversas especies de insectos. Manú también es el lugar al que todo observador de aves debe acudir, dado que en sus fronteras habitan más de mil especies (diez por ciento del total mundial y más de las que se encuentran en los Estados Unidos y Canadá juntos).

4. VOLAR SOBRE LAS LÍNEAS DE NAZCA

Todo viaje al Machu Picchu casi siempre requiere hacer escalas en Lima, la dinámica capital costera de Perú, tanto de ida como de vuelta. Allí es posible coordinar con facilidad un breve vuelo hasta las Líneas de Nazca, que compiten con el Machu Picchu como la gran maravilla antigua de Perú. ¿Por qué es necesario mirarlas desde el cielo? Debido a la inmensidad de los jeroglíficos que parece que se hubieran estampado sobre el suelo: arañas, llamas, peces, monos y más, algunos de los cuales se extienden a lo largo de más de 180 metros. (Se desconocía su extensión hasta la década de 1930, cuando varios pilotos comenzaron a volar sobre el desierto de Nazca). El propósito original de las imágenes sigue siendo uno de los grandes misterios de la humanidad. Suele nombrarse a los extraterrestres como el origen de estas líneas. Sin embargo, se cree que fueron creadas por el pueblo de Nazca entre mil y dos mil años atrás como parte de un ritual religioso.

5. HACER CICLISMO EN LOS ANDES

Dos características abundan en los Andes: senderos de tierra y descensos empinados. Por ello, el área cerca de Machu Picchu y Cuzco es ideal para el ciclismo. Es posible coordinar su propio tour sobre dos ruedas, pero mediante un proveedor obtendrá acceso a un vehículo de apoyo (fundamental en un área donde casi se desconocen las bicicleterías), recibirá información local sobre el complejo sistema de caminos de Perú y, si quiere, un vehículo para transportar la bicicleta por los duros ascensos de la zona, de modo que pueda disfrutar de sus vacaciones en lugar de imitar a Lance Armstrong. Algunos de los mejores viajes incluyen el tranquilo Valle de Lares, el Valle Sagrado de los incas repleto de ruinas, que se extiende desde Pisac hasta Ollantaytambo, y un descenso de un día de más de un kilómetro y medio a prueba de alturas que empieza en el paso de Abra Málaga, a 3970 metros. Algunos proveedores incluso ofrecen viajes por carreteras secundarias desde Cuzco hasta corta distancia de Machu Picchu.

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