Las 10 mejores cosas para hacer en Japón

En una nación con tanta riqueza cultural como Japón, puede ser difícil saber cómo pasar el tiempo allí. He aquí diez de nuestras cosas favoritas para hacer.

Por National Geographic
Publicado 21 dic 2017, 11:51 GMT-2
Kioto
Kioto, Japón.
Fotografía de Dina Franchi, My Shot

Visite los sitios antiguos de Kioto

Kioto, que fue capital de Japón de 794 a 1868, está sumergida en historia. El vestigio más emblemático del pasado imperial de la ciudad es el escandalosamente dorado Kinkakuji, que alguna vez fue la villa de retiro de un shogun y ahora es un templo budista Zen. Ubicado en la ribera de una tranquila laguna, Kinkakuji proyecta su famoso reflejo dorado en el agua. Igual de cautivantes son los sitios menos ostentosos de Kyoto, como el minimalista e indescifrable jardín de paisaje seco en Ryoanji. En total, Kyoto ostenta 17 lugares que son patrimonio de la Humanidad (entre ellos Kinkakuji y Ryoanji), pero con alrededor de 2000 templos y santuarios en toda la ciudad, sin mencionar la gran cantidad de jardines, representan solo una fracción del encantador patrimonio de Kyoto.

Pase la noche en un templo

Mount Koya, ha sido un lugar de peregrinación desde que en el siglo IX el monje Kobo Daishi se inspiró para fundar la escuela de budismo Shingon en medio de sus cedros antiguos. Entre los puntos destacados para una visita, además de recorrer el escalofriante y casi prehistórico cementerio de Okunoin y la 

multitud de templos erigidos en honor a Daishi, se encuentra la oportunidad de hospedarse con los monjes en uno de los templos en la cima de la montaña de Koya. Eko-in es uno de estos casi 50 lugares que están abiertos para recibir visitantes y ofrece una experiencia típica de Koya, una habitación tranquila y espartana con una tatami, una cena vegetariana de varios platos exquisitamente presentada en utensilios de laca y la oportunidad de acompañar a los monjes y peregrinos en las tempranas oraciones matutinas.

La Galería Hop en la “Isla del Arte”

Con tres galerías importantes y muchos centros de arte más pequeños, la pintoresca Naoshima que se encuentra en el mar interior de Seto es un punto sobresaliente en el escenario artístico contemporáneo de Japón. La mejor de las galerías es el Benesse House, diseñado por Tadao Ando, un elegante hotel y galería que alberga las obras de artistas como David Hockney, Bruce Nauman y Frank Stella. Pero el arte no está restringido a los espacios convencionales en Naoshima. Diecinueve impresionantes instalaciones al aire libre marcan los terrenos costeros de Benesse, mientras que en la tranquila villa pesquera de Honmura varios de los antiguos edificios de madera fueron transformados en instalaciones artísticas permanentes. Incluso los baños públicos I Love Yu de la isla experimentaron una transformación de arte popular. Naoshima ha sido llamada la “Isla del Arte” por una buena razón.

Esquíe en Niseko

Este pequeño pueblo vacacional para esquiar en Hokkaido hace gala de la nieve de mejor calidad del país y de tres importantes complejos para esquiar para completar la oferta: Niseko Village, Niseko Annupuri y Grand Hirafu/Hanazono. Lejos de los 

complejos turísticos, el atractivo es la nieve de calidad superior en zonas rurales y abundantes oportunidades para practicar escalada en hielo, telemark y snowboarding en la nieve virgen. Tampoco es malo durante el verano, cuando las actividades invernales dan paso a los favoritos veraniegos como rafting en rápidos, bicicleta de montaña y kayak. Y Niseko también cuenta con una atracción durante todo el año, aguas termales ricas en minerales que son perfectas para curar dolores y molestias tras un día en las pistas de esquí.

Viva la experiencia de un alojamiento tradicional

La suave fragancia del tatami, la modesta elegancia de los interiores, el servicio meticuloso, los baños en aguas termales al aire libre, la comida de varios platos y productos locales de estación, el silencio tranquilizador, todo esto combinado para hacer de una noche en una taberna tradicional japonesa, o ryokan, una experiencia inolvidable, pero no barata: la habitación con plan de comida puede llegar a costar hasta 100 000 JPY por noche. Afortunadamente, en Japón todo está contemplado, el más pequeño y menos formal minshuku, que brinda una experiencia tradicional similar aunque menos lujosa, por lo general cuesta menos de 10 000 JPY por noche.

Sumérjase en un manantial termal natural

Desnudarse para tomar un baño con extraños es una de las esencias de la cultura japonesa. De hecho, durante siglos los japoneses han usado los onsen comunales, o aguas termales naturales, para relajarse y curarse. La alusión más antigua se remonta a bañistas en Dogo, Shikoku, hace 1300 años. Dogo sigue siendo uno de los complejos de onsen más famosos. El espectacular Dogo Onsen Honkan de tres pisos que se encuentra en el centro del complejo turístico es una joya arquitectónica 

del siglo XIX que incluye una sala de baños (aunque actualmente ya no se usa) reservada para la familia imperial. No es que deba recorrer Dogo para darse un buen baño, existen miles de baños públicos y ryokan con onsen en todo el país y en todos vale la pena bañarse.

Explore el lado oriental del Viejo Tokio

No encontrará nada más turístico en Tokio que Sensoji, un templo budista en Asakusa. Sin embargo, camine unas cuadras en cualquier dirección y pronto los turistas darán paso a una parte de la capital que nunca ha dejado su estado prebélico como el principal distrito de entretenimiento de la ciudad. Lo más representativo de ello es el pequeño Hanayashiki Amusement Park, sede de atracciones retro que incluyen la primera (y probablemente más tranquila) montaña rusa del país. A poca distancia se encuentra Rokku Broadway, donde teatros históricos como el Engei Hall presentan espectáculos cargados de comedias bufonescas y narraciones cómicas tradicionales. No es de extrañar que el área también tenga una gran cantidad de buenos bares, como el Kamiya Bar, donde la bebida local es un brebaje legendario de brandy, ginebra y curazao que acertadamente se llama Denki Bran (bran[di] eléctrico), el cual se preparó por primera vez en este lugar en la década de 1880.

Camine por los Alpes del Norte de Japón

Los imponentes picos de los Alpes del Norte de Japón son considerados los mejores terrenos de excursionismo del país. Y por una buena razón: desde la pequeña ciudad de Kamikochi, la puerta de entrada a la zona, los visitantes tienen la opción de hacer caminatas fáciles de un día o tener aventuras de una semana de duración que serían un desafío hasta para los caminantes mejor entrenados. En la cúspide del verano, las rutas más populares pueden ser recorridas por excursionistas de fin de semana, 

pero venga un día de semana o espere al otoño y los visitantes experimentan los dentados Alpes del Norte, picos de aproximadamente 10 000 pies de altura y bosques vírgenes como los creó la naturaleza, sin contaminar por las multitudes.

Visite el Museo y Parque Memorial de la Paz de Hiroshima

Dedicados a las víctimas del bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945, el Museo y Parque Memorial de la Paz son monumentos conmovedores a los horrores de las armas nucleares. El marco desfigurado del domo de la bomba A, uno de los pocos edificios del centro de Hiroshima que sobrevivieron a la explosión, sirve como un vívido recordatorio de la destrucción que cayó sobre la ciudad. Otras partes del parque son igualmente evocadoras, pero ninguna más que el Monumento a la Paz de los Niños. Se construyó en memoria de uno de los tantos niños que murieron de leucemia como resultado de la lluvia radioactiva, siempre está decorado con grullas de la esperanza hechas en origami que envían niños de todo Japón.

Pruebe la cocina gourmet de “grado B”

Japón es conocido por su gastronomía exquisita, como sushi, tempura y kaiseki, pero su arte culinario de bajo costo (la “cocina gourmet de grado B”, como la llaman los japoneses) es igual de deliciosa. El rey de la cocina B, los fideos ramen, están omnipresentes, llenan el estómago y hasta se diría que son una obsesión nacional, algunas tiendas son tan reverenciadas que las personas hacen fila durante horas solo para disfrutar algunos minutos de una frenética y ruidosa comida. No es que toda sea buena. Algunas cosas, como el perro caliente de la máquina expendedora o el sándwich de fideo frito de la tienda de conveniencia, probablemente deberían etiquetarse “de grado Z”.

Artículo original publicado el 20 de Septiembre de 2011.

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