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Una pequeña finca en Costa Rica está marcando el camino hacia el cultivo sostenible del café

En Costa Rica, esta colina acanalada está conformada por un sinfín de hileras de cafetos impecablemente cuidados. Esta finca, fundada y atendida por el caficultor Luis Emilio, está sentando las bases de las prácticas para el cultivo sostenible del café.

Texto de Jack Neighbour

PHOTOGRAPHIE PAR RENA EFFENDI

Mentor y amigo

Luis (izquierda) charla sobre café con su amigo, el agrónomo Fernado Segura (derecha). Luis es un caficultor de segunda generación que, tras ganarse la vida como taxista durante varios años, decidió volver a dedicarse al cultivo del café, pero de manera totalmente sostenible. Desde entonces, Luis se incorporó al Programa AAA Sustainable Quality de Nespresso, a través del cual conoció a Fernando. Ahora trabajan juntos para probar nuevos métodos de producción que mejoran continuamente la productividad y sostenibilidad de la finca de Luis.

Fotografía de Rena Effendi

Los árboles guardianes del café

La clave para gestionar una finca de café sostenible consiste en favorecer su ecosistema natural... y los árboles desempeñan un papel primordial. Aquí vemos a Luis podando una hilera de árboles que no son de café, pues sabe que su cosecha depende de ellos. Al ser una región particularmente ventosa, los árboles protegen del viento a las delicadas plantas de café de Luis, a la vez que evitan que la tierra se deslave o sea arrastrada por el viento, y dan la sombra necesaria para que el fruto de cada grano madure de forma adecuada. Las hojas que caen de estos árboles nutren la tierra a su alrededor, mientras que las aves que se asientan en las ramas ayudan a controlar a las poblaciones de insectos.

Fotografía de Rena Effendi

Aqua vita

Contar con una fuente de agua es un requisito obvio para cultivar café, pero suele olvidarse que lograr un uso equilibrado es igualmente importante. Al establecer su finca, Luis tuvo que encontrar un suministro confiable de agua dulce para irrigar sus cultivos. Su formación con Fernando le enseñó la importancia de colocar una barrera de árboles entre sus plantas de café y el río para evitar que la tierra, los fertilizantes u otra materia orgánica se mezclen con el agua y la contaminen. Esta barrera natural de árboles también beneficia la salud de las plantas de café porque evita que las raíces se mojen demasiado, pues esto podría ocasionar que se generen hongos y enfermedades.

Fotografía de Rena Effendi

El fruto del trabajo sustentable

Luis cosecha las cerezas de café rojas y maduras que son el resultado de los meticulosos métodos de cultivo que aprendió de Fernando. Luis, que ya era un caficultor experto, quería aumentar sus conocimientos y aprender técnicas modernas para producir cosechas más abundantes y garantizar la longevidad de su finca. Gracias a su asociación con el programa AAA, pudo acceder a esta información y, por si fuera poco, él y Fernando están descubriendo juntos cómo probar y adaptar procesos para lograr mejoras en otras fincas que también son parte del programa.

Fotografía de Rena Effendi

Cómo encontrar el equilibrio perfecto

Fernando y Luis podan juntos una planta de café que crece bajo luz moteada. Recortar las ramas extiende la vida útil del árbol y ayuda a que se produzca la cantidad más elevada posible de cerezas de café. Si se permite que los árboles crezcan demasiado, ocurre lo contrario: la productividad disminuye y el árbol tiene que reemplazarse más pronto. Encontrar el equilibrio perfecto es un proceso continuo con el que Luis y Fernando todavía experimentan.

Fotografía de Rena Effendi

Pagar salarios justos tiene sus ventajas

Tener una finca sustentable también implica que Luis debe asegurarse de gestionar a su personal de forma viable. Lo logra empleando trabajadores de temporada y garantizándoles excelentes condiciones laborales. Capacita a sus empleados con el fin de asegurarse de que cosechen las cerezas adecuadas cuidadosamente y al mismo tiempo. Es un círculo virtuoso: al percibir buenos ingresos a cambio de granos de alta calidad, puede pagar buenos salarios, los cuales animan a las personas a regresar cada año, de manera que vale la pena el tiempo que invierte en su capacitación.

Fotografía de Rena Effendi

Un honroso logro

Luis muestra con orgullo cerezas de café en una "cajuela": una caja de metal empleada como unidad de medida para calcular el volumen de su cosecha. Cada cajuela equivale aproximadamente a 12.5 kilogramos de cerezas recién cosechadas. El esfuerzo de Luis y su colaboración con el programa AAA para alcanzar un equilibrio ecológico perfecto dentro y alrededor de su pequeña finca están dando frutos: granos de café maduros y de calidad superior que se traducen en mayores ingresos. Luis es hoy uno de los caficultores más exitosos de la zona, un hecho que le da una enorme sensación de logro. Además, Luis sigue mejorando sus métodos.

Fotografía de Rena Effendi

De la finca a la fermentación

Luis utiliza su viejo pero confiable tractor para transportar su cosecha al punto de venta en San Ramón, a unos cuantos kilómetros de su finca. Cada tarde, los expertos trabajadores de Luis recolectan las cerezas y las depositan en su remolque, y él las transporta para que sean procesadas durante la noche. Esta rapidez de procesamiento es esencial para conservar la calidad e integridad de los granos. Operar de esta forma también le permite a Luis concentrarse en cultivar el mejor café sin preocuparse por que su producto pierda calidad antes de que llegue al mercado. Nespresso sabe que el café de Luis es perfecto desde que es recolectado y hasta el momento de disfrutarlo en una bebida.
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Fotografía de Rena Effendi

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