¿Por qué la variante delta es más contagiosa y letal? Una nueva investigación tiene la respuesta

Los estudios muestran que la variante delta se replica más rápidamente y genera más partículas del virus que otras variantes. Las vacunas siguen protegiéndonos contra las infecciones graves.

Por Sanjay Mishra
Publicado 10 ago 2021, 10:00 GMT-3
Estas enfermeras asisten a 20 pacientes de la COVID-19 dentro del centro médico Little Company of ...

Estas enfermeras asisten a 20 pacientes de la COVID-19 dentro del centro médico Little Company of Mary Medical Center el viernes 30 de julio de 2021 en Torrance, California. La mayoría de estos pacientes no están vacunados.

Fotografía de Francine Orr, Los Angeles Times, via Getty

A medida que Estados Unidos lucha contra la cuarta ola de la COVID-19, los científicos están aprendiendo mucho sobre la variante delta que era desconocida cuando se registró por primera vez en India en marzo:

  • es uno de los virus respiratorios más infecciosos que se conocen, 
  • provoca más formas graves de la COVID-19 que otras variantes,
  • y es más probable que eluda los anticuerpos.

Las pruebas de todas estas características son claras. La variante delta ha provocado un fuerte aumento de casos, hospitalizaciones y muertes en todo Estados Unidos y en el resto del mundo. Empujada por el relajado distanciamiento social y la flexibilización en el uso de mascarillas, la poca aceptación de las vacunas en parte de Estados Unidos y la falta de disponibilidad de las mismas en otros lugares, la variante delta se ha convertido, de manera rápida, en la variante dominante en dicho país, provocando más del 93 por ciento de las nuevas infecciones, según los Centers for Disease Control and Prevention, CDC (Centros para el control y prevención de enfermedades). Además, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha propagado a más de 135 países.

El secreto del éxito de delta recae en la facilidad con la que se propaga. Los CDC estiman que delta puede ser tan infecciosa como la varicela y es solo un poco menos contagiosa que el sarampión que es considerado uno de los virus más transmisibles. Hoy, la variante delta se está propagando como un incendio por el sur, en especial en Luisiana, que tiene una de las tasas de vacunación más bajas del país; solo el 37 por ciento de la población tiene la vacunación completa y, a nivel nacional, el porcentaje es del 50 por ciento. En Estados Unidos, los casos diarios están en un promedio de 100.000; se multiplicaron por nueve desde mediados de junio.

"Es sorprendente la magnitud de cuán infecciosa es esta variante particular y hasta qué punto se puede replicar en el tracto respiratorio superior. Solo la infectividad incrementada de la variante delta ha aumentado nuestra preocupación en relación con lo que estaba allí para la variante alfa, que aumentó en relación al virus original", explica Mehul Suthar, virólogo de Emory University.

Dado que la variante delta es mucho más contagiosa que las variantes previas, los CDC emitieron nuevas guías el 27 de julio de 2021, que recomiendan que, incluso después de la vacunación, las personas deberían "utilizar mascarillas en lugares cerrados públicos si se encuentran en un área de transmisión sustancial o alta".

Más transmisibilidad

Para registrar cuán fácilmente se propaga una enfermedad infecciosa como la COVID-19, los epidemiólogos utilizan una métrica denominada número reproductivo básico o R0. Es el número promedio de personas susceptibles de infectarse por cada persona contagiada. Es difícil estar seguros sobre el R0 de las pandemias antiguas, pero en la pandemia por influenza de 1918, se cree que la persona infectada promedio le pasaba la enfermedad a entre dos y tres personas, lo que dejaba un R0 de entre 2,0 y 3,0. La primera epidemia de coronavirus SRAS de 2002, tenía un R0 de tres; en la segunda epidemia de coronavirus (el síndrome respiratorio del Medio Oriente, MERS, por su sigla en inglés, identificado por primera vez en 2012), el R0 se encontraba entre 0,69 y 1,3.

Actualmente, los CDC estiman que las personas infectadas con delta pasan el virus a entre 5 y 9,5 personas. Esto es más alto que el virus original identificado en Wuhan, China, que tenía un R0 de entre 2, 3 y 2,7 y la variante alfa que tenía un R0 de entre cuatro y cinco. Delta puede ser tan infeccioso como la varicela, que tiene un R0 de entre 9 y 10.

Si el R0 es mayor a uno, el número de personas infectadas seguirá creciendo de manera exponencial hasta que todas las personas susceptibles hayan muerto o se hayan recuperado, y se haya alcanzado la inmunidad de grupo. Si el R0 es menor a uno, es probable que el brote se esfume solo.

Para el SARS-CoV-2 original, la inmunidad de grupo podría alcanzarse cuando aproximadamente el 67 por ciento de la población sea inmune, ya sea por infección natural o por vacunación. “Para la variante delta, creemos que los umbrales deben estar bastante por encima del 80 por ciento, tal vez llegando a un 90 por ciento”, señaló Ricardo Franco, profesor adjunto de medicina en University of Alabama, Birmingham, en una conferencia de prensa organizada por la asociación Infectious Diseases Society of America (Asociación médica estadounidense de enfermedades infecciosas).

Mayor carga viral

Delta no solo es más transmisible que las variantes previas del SARS-CoV-2 sino que también puede provocar enfermedades más graves. Las personas infectadas con la variante delta tienen alrededor de mil veces más de partículas virales (que los expertos denominan "carga viral") en sus hisopados nasales comparados con aquellos infectados con otra cepa; "un aumento enorme", indica Eric Topol, fundador y director de Scripps Research Translational Institute (Instituto transnacional de investigación Scripps), que no participó del estudio.

Una explicación es que la variante delta se replica más rápidamente en la nariz. Un estudio, que no fue revisado por pares, ha demostrado que la variante delta tarda un promedio de cuatro días en alcanzar niveles detectables luego de haber estado en contacto con una persona enferma, en comparación con los seis días del virus original de Wuhan.

Incluso luego de la vacunación, las infecciones por delta produjeron una carga viral 10 veces mayor que las otras infecciones. De hecho, varios estudios recientes, ninguno revisado por pares, muestra que las personas vacunadas son portadoras de la misma carga viral que los no vacunados. "Estamos viendo infecciones y una gran cantidad de personas infectadas por un único caso, algo que es bastante preocupante. Significa que el virus es altamente transmisible y es capaz de eludir la inmunización provocada por la vacuna", explica Ravindra Gupta, microbiólogo clínico de University of Cambridge, que lideró el estudio que no fue revisado por pares todavía.

Delta también es más efectiva para destruir las células dada una mutación en la posición 681 de la proteína en espícula que se está volviendo común en otras variantes del mundo y se cree es un punto de inflexión revolucionario. Esta mutación P681R hace que sea más fácil para las variantes delta y su emparentada kappa invadir la célula huésped al fusionar las células infectadas y formar estructuras denominadas sincitios, que son una manera de acelerar la infección. Los sincitios también se forman por otros virus como el VIH. "En algunos experimentos de cultivo celular, descubrimos que la variante delta muestra mayores sincitios cuando se comprara con el SARS-CoV-2", explica Kei Sato, virólogo de The University of Tokyo, Japón.

La variante delta también ha experimentado múltiples mutaciones en su proteína en espícula que parecen mejorar la habilidad del virus de adherirse al receptor ACE2 y eludir la respuesta inmunitaria.

Avance de las infecciones a pesar de la vacuna y los refuerzos

La buena noticia es que una dosis completa de las vacunas contra la COVID-19 actualmente autorizadas sigue siendo efectiva. "Todas las vacunas funcionan bastante bien", señala Jeff Kwong, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de University of Toronto. "Y las vacunas protegieron más contra las enfermedades severas que una infección sintomática previa", señala Kwong que ha demostrado en un estudio, que no fue revisado por pares, la efectividad de las vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca en comparación con la infección sintomática, la hospitalización y la muerte entre diciembre de 2020 y mayo de 2021.

Muchos estudios han demostrado que las vacunas Moderna y Pfizer siguen protegiendo contra delta, aunque no tan bien como lo hacían con las variantes previas. En Estados Unidos, las personas que no están vacunadas representan más del 90 por ciento de los nuevos casos confirmados en todos los estados que registran los datos de los casos y el nivel de vacunación.

“En gran medida, [las vacunas] reducen el riesgo de un resultado grave como una hospitalización”, señala Aziz Sheikh, especialista en atención primaria de The University of Edinburgh, Escocia, Reino Unido, que mostró que delta provocó dos veces más hospitalizaciones que la variante alfa, que causó enfermedades más graves que el SARS-CoV-2 original. "En general, están funcionando".

Los CDC estiman que la vacunación contra la COVID-19 reduce ocho veces el riesgo de infectarse con SARS-CoV-2 y 25 veces el riesgo de enfermarse, ser hospitalizado y morir.

Sin embargo, el testeo inadecuado a nivel nacional hace que sea imposible saber la verdadera magnitud de la propagación de delta y de las otras variantes. Cuando hay una gran transmisión de la variante delta en la comunidad, incluso las personas con una vacunación completa pueden ser vulnerables a lo que se denomina “avance de la infección a pesar de la vacuna”, que los CDC definen cuando el material genético o la proteína del SARS-CoV-2 es detectable en el hisopado nasal más de 14 días después de que una persona haya recibido la dosis recomendada de la vacuna contra la COVID-19 autorizada por la Food and Drug Administration, FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos).

Se estima que dos dosis de las vacunas AstraZeneca y Pfizer representan un 60 y 88 por ciento de efectividad respectivamente contra la enfermedad sintomática provocada por la variante delta. La mayoría de las vacunas administradas en Estados Unidos (Moderna y Pfizer) requieren de las dos dosis para alcanzar la máxima protección. Estas vacunas son mucho menos efectivas contra la variante delta con solo una única dosis, explica Olivier Schwartz, director de la unidad de virus e inmunidad del Institut Pasteur, París, quien lideró un estudio que mostró que una única dosis, ya sea de AstraZeneca o Pfizer, o una infección previa apenas inhiben la variante delta.

Debido a la información que establece una eficacia reducida contra las nuevas variantes como delta, Pfizer está pidiendo autorización para una dosis de refuerzo de su vacuna. Moderna también está probando una dosis de refuerzo. Se espera que la FDA finalice con el plan de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 pronto.

La vacuna J&J de una única dosis ha demostrado ser efectiva contra la variante delta. Sin embargo, un estudio, que no fue revisado por pares, ha demostrado que, aunque todas las vacunas desencadenan el desarrollo de anticuerpos que son, de alguna manera, menos efectivos contra la variante delta, la reducción fue mucho mayor para J&J que para las vacunas ARNm. Este estudio es coherente con otros similares en monos y personas donde dos dosis de la vacuna J&J muestran una mayor eficacia si lo comparamos con una única dosis.

Con el fin de compensar la menor eficacia de la vacuna J&J contra la variante delta, las personas en San Francisco que recibieron esta vacuna pueden pedir una “dosis suplementaria” de una vacuna ARNm. Alemania comenzará a ofrecer dosis de refuerzo de las vacunas ARNm en septiembre a las personas que se las considera vulnerables. No obstante, la demanda de refuerzos está aumentando las desigualdades en la disponibilidad de vacunas contra la COVID-19 entre los países ricos y los pobres. “La OMS está pidiendo que se suspendan oficialmente los refuerzos hasta, por lo menos, finales de septiembre, para permitir que al menos el 10 por ciento de la población de cada país esté vacunada”, indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una conferencia de prensa.

Algunos datos preliminares de Israel sugieren que la eficacia de la vacuna Pfizer podría disminuir dentro de los seis meses. Pero esto no es una sorpresa dado que los diseñadores de las vacunas sabían que lograr que la respuesta de anticuerpos fuera duradera iba a ser un desafío. Los anticuerpos contra los primeros virus SRAS y MERS disminuyeron luego de uno o dos años. Para los coronavirus que causan el resfriado común, la protección varía de entre tres y seis meses, y casi siempre dura menos de un año.

Un estudio en Estados Unidos ha demostrado que, después de la segunda dosis de la vacuna Moderna, los anticuerpos neutralizantes permanecen altos en la sangre por seis meses. "Dichos anticuerpos que están allí, en su mayor parte, neutralizan muchas de estas variantes [incluso la delta]. No obstante, estas respuestas de los anticuerpos disminuyen con el tiempo", explica Suthar de Emory, que lideró el estudio en Estados Unidos.

Las vacunas han evitado millones de infecciones
Según los modelos de computadora de la fundación The Commonwealth Fund (La Fundación Commonwealth), es probable que la vacunación haya salvado aproximadamente 279.000 vidas en Estados Unidos y, para finales de junio de 2021, es probable que haya evitado hasta 1,25 millones de hospitalizaciones. Algo similar sucedió en Inglaterra: es probable que las vacunas hayan evitado alrededor de 30.300 muertes, 46.300 hospitalizaciones y 8,15 millones de infecciones. Se estima que la agresiva campaña de vacunación en Israel provocó una caída de casos del 77 por ciento y una disminución de las hospitalizaciones en un 68 por ciento desde el pico de la pandemia en enero de 2021.

Aunque las vacunas contra la COVID-19 en Estados Unidos son gratis y efectivas, solo el 49,9 por ciento de la población (un poco más de 165 millones de personas) completaron su vacunación al 4 de agosto de 2021. Las tasas de vacunación varían ampliamente en toda la nación y muchos condados en los estados sureños, entre ellos Luisiana, Florida, Arkansas, Mississippi y Alabama, cuentan con tasas de vacunación bajas que hoy están alimentando los agudos brotes de la variante delta.

Mientras se han administrado más de 347 millones de inyecciones contra la COVID-19 en Estados Unidos desde que comenzó la distribución el 14 de diciembre de 2020, todavía existen 93 millones de estadounidenses de 12 años o más que están en condiciones de vacunarse, pero no lo han hecho. También existen 48 millones de niños menores de 12 años que no se han vacunado porque no están en condiciones de hacerlo. Eso hace que sea difícil predecir cuánto durará la actual ola.

Ninguna vacuna es 100 por ciento efectiva
Debido a que más de la mitad de la población no tiene la vacunación completa, la variante delta puede seguir infectando y evolucionando, lo que generará mayor avance de las infecciones a pesar de las vacunas y posiblemente producirá nuevas variantes infecciosas.

Está surgiendo evidencia que demuestra que los casos de avance de delta a pesar de la vacunación pueden ser tan transmisibles como la infección delta en los individuos que no están vacunados. "Las vacunas protegen, pero muchas personas vacunadas se están exponiendo al virus, algunos por contacto con personas que no se han vacunado y otros por contacto entre ellos mismos. Y así, están poniendo a prueba las aptitudes de la vacuna", señala Topol.

Sin embargo, la mayoría de los casos de avance de la infección a pesar de la vacuna que se dan en menos del uno por ciento de las personas con la vacunación completa, provocan síntomas leves o no provocan ningún síntoma. De las más de 164 millones de personas que completaron su vacunación en Estados Unidos, solo 7.525 pacientes tuvieron una infección luego de haberse inoculado contra la COVID-19 y tuvieron que ser hospitalizados o murieron en Estados Unidos al 2 de agosto de 2021.

Las infecciones que se dan luego de vacunarse son más probables entre los trabajadores de la salud que están en frecuente contacto con pacientes infectados, personas mayores ya vacunadas y aquellos que poseen una inmunidad debilitada, como las personas con cáncer y las trasplantadas. Asimismo, las infecciones después de la vacunación son más probables en situaciones de contacto estrecho, como puede ser reuniones públicas grandes, restaurantes, espacios de trabajo reducidos y fiestas al aire libre o en espacios cerrados.

A pesar de que las vacunas pueden efectivamente ralentizar la contagiosa pandemia al aumentar la inmunidad de grupo, está comprobado que las medidas preventivas como el distanciamiento social y el uso de mascarillas ayudan a reducir la propagación del virus. "A pesar de haberse vacunado, las personas pueden infectarse y propagar el virus en la población. Eso significa que las variantes tienen la posibilidad de seguir mutando o evolucionar. Es importante que las personas dejen de darle al virus [esa] posibilidad", concluye Sato.

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