Las cuarentenas más cortas, combinadas con medidas de detección y rastreos, podrían ayudar a prevenir los brotes de COVID-19

Las cuarentenas de dos semanas ejercen presión en la salud mental y en las finanzas. Una nueva investigación muestra que las restricciones de una semana podrían aliviar esta carga y mejorar el seguimiento de los contactos.

Por Viviane Callier
FOTOGRAFÍAS DE Justin Jin
Publicado 23 dic 2020, 11:26 GMT-3
Un médico le pide al fotógrafo Justin Jin que le lea su temperatura sin abrir la ...

Un médico le pide al fotógrafo Justin Jin que le lea su temperatura sin abrir la puerta de su habitación de hotel. Le realizan una revisión médica dos veces por día en el marco de su cuarentena de 14 días por haber llegado a Shanghái, China, desde Bélgica. La imagen fue tomada desde la mirilla de la puerta. Jim hizo este arduo viaje para ver a su padre que se ha sometido a una cirugía.

Fotografía de Justin Jin

Cuando, a finales de noviembre, el padre del fotógrafo Justin Jin tuvo una emergencia médica en su hogar de China, Jin, que vive en Bélgica, inmediatamente reservó un vuelo para estar con él. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 convirtió un viaje que solía ser bastante directo en una odisea de dos semanas y media.

En China, el virus está bastante controlado, así que el Gobierno ha establecido un número de pasos preventivos que se llevan a cabo con mucho cuidado para que los viajantes no vuelvan a ingresar la enfermedad. Cuarenta y ocho horas antes de subirse a su vuelo, Jin tuvo que someterse a dos tipos de exámenes de COVID-19: uno de anticuerpos que se realiza mediante una muestra de sangre sacada de un dedo y el examen genético mediante un hisopado nasal.

Los resultados se subieron a una aplicación para que la embajada china apruebe su viaje y pueda subirse al avión. En el avión, todos los auxiliares de vuelo usaron equipamiento de protección desde la cabeza hasta los pies. Los pasajeros se sometieron a otro examen al llegar y luego fueron llevados a un hotel de cuarentena, donde deben quedarse bajo estricta vigilancia durante 14 días independientemente de los resultados de los exámenes.

Cuando Jin caminó por la rampa hacia el avión, la tripulación de cabina lo saludó; vestían equipamiento de protección personal de pies a cabeza para protegerse y proteger a los pasajeros. La vestimenta le permitía a la tripulación evitar la cuarentena al llegar a China.

Fotografía de Justin Jin

El hotel de cuarentena era riguroso: cada pasajero era aislado en una habitación y las puertas eran vigiladas con cámara para alertar inmediatamente a la seguridad si alguien salía. Se fumigaban las habitaciones y los pasillos cada vez que llegaba alguien nuevo. Las comidas se entregaban en la puerta y los doctores pasaban dos veces al día durante los 14 días para revisar la temperatura. A Jin le dieron una cubeta y un desinfectante para esterilizar el inodoro antes de apretar el botón para la descarga.

"Me sentí como un espécimen que había sido secuestrado por un OVNI porque todos me trataban con mucha cautela", asegura Jin.

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    Los pasajeros usaban vestimenta de protección a bordo del vuelo de 12 horas.

    Fotografía de Justin Jin

    Como la cabina tenía una ocupación del 25 por ciento, los pasajeros podían acostarse. Algunos eligieron usar la protección completa mientras que otros solo usaron mascarillas.

    Fotografía de Justin Jin

    La experiencia de Jin manifiesta las frustraciones experimentadas en todo el mundo desde que las cuarentenas de 14 días se convirtieron en algo normal por el COVID-19. Aunque ser precavidos es lo sensato, los investigadores se están preguntando si dichas extensas medidas son necesarias y están descubriendo alternativas más cortas que pueden conservar la seguridad pública. Las cuarentenas son costosas, atentan contra la salud mental y las finanzas de aquellos en aislamiento, así como también contra los recursos de los gobiernos y las empresas que implementan estas medidas. Las cuarentenas más cortas podrían aliviar esa carga, pero este giro también requerirá una mejor logística como espacios donde la gente pueda hacer la cuarentena, acceso a un examen rápido, y asistencia para las comidas y otras necesidades como los medicamentos. Es probable que estas inversiones logren que las personas cumplan con las pautas de manera voluntaria.

    Esta puja por cuarentenas más cortas se basa en informes académicos que muestran que las personas con coronavirus no contagiarían después de los nueve o 10 días. 

    Asimismo, una nueva investigación muestra que las cuarentenas más cortas, combinadas con estrategias más inteligentes de evaluación, podrían ser mejores que las cuarentenas de 14 días para reducir el riesgo de transmisión del COVID-19.

    Estos nuevos estudios explican por qué, el 2 de diciembre, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés) anunciaron dos nuevas opciones de cuarentena. Los CDC siguen recomendando la cuarentena de 14 días cuando sea posible, pero si una persona sigue sin síntomas y da negativo al día cinco o más luego de un posible contacto, pueden terminar la autoimpuesta cuarentena a la semana. De forma alternativa, si una persona no tiene acceso al examen, puede dejar de hacer cuarentena luego de 10 días sin ningún síntoma.

    Todo pasajero que llega al aeropuerto Pudong de Shanghái se somete a un examen de COVID-19.

    Fotografía de Justin Jin

    Luego del examen, los pasajeros se suben a un autobús especial que los lleva directamente al hotel de cuarentena donde deben permanecer aislados en sus habitaciones por 14 días.

    Fotografía de Justin Jin

    La principal razón por la que las personas no cumplen la cuarentena durante la duración recomendada es la pérdida de salarios, en especial en Estados Unidos, donde muchos trabajadores no tienen días por enfermedad, explica Maimuna Majumder, epidemióloga computacional de la Facultad de medicina de Harvard. Contadas algunas excepciones (como el estado de Vermont), los Gobiernos de Europa y América del Norte no han hecho suficiente para asistir a aquellos que no pueden hacer la cuarentena ya sea porque incurrirían en pérdidas financieras o porque viven en viviendas con mucha gente, agrega Müge Çevik, infectóloga de la Universidad de St. Andrews en Escocia.

    "El alivio de los ingresos es muy importante. Se ha puesto mucho énfasis en examinar, pero no hemos puesto énfasis en asistir el aislamiento", señala Çevik. "El autoaislamiento ha quedado como el eslabón más débil del examen y de los programas de seguimiento de todo el mundo".

    Entendiendo el curso de la infección para reducir las cuarentenas

    Además de quitarle algunos días al aislamiento, reducir la duración de las cuarentenas podría prevenir la concentración de coronavirus antes de que suceda. 

    Recientemente, los investigadores de la Facultad de Salud pública de Yale, liderados por el bioestadista Jeff Townsend, desarrollaron algunos modelos matemáticos que mostraban exactamente eso. Hallaron que combinar estratégicamente el examen de COVID-19 con una cuarentena más corta podría aliviar la carga de aquellas personas que posiblemente estuvieron expuestas.

    Una cuarentena es exitosa solo si logra captar casos positivos durante el periodo en el que son más infecciosos. El trabajo de Yale se basó en información nueva sobre el periodo de incubación del SARS-CoV-2, o cuánto tardan las personas en desarrollar síntomas después de haberse infectado. También observó lo que los investigadores han aprendido este año sobre cómo la capacidad de trasmitir el virus a otros cambia con el curso de la enfermedad y cómo se compara con la carga viral, la cantidad de germen detectable dentro del cuerpo de una persona.

    Al llegar al hotel de cuarentena, los pasajeros fueron sometidos a otra revisión de temperatura.

    Fotografía de Justin Jin

    Antes de que llegara el verano, los científicos tenían una idea aproximada de que la carga viral del SARS-CoV-2 aumentaba exponencialmente con la exposición, llegando al pico a los cinco días y disminuyendo lentamente a partir de ese momento. Y, en general, la aparición de los síntomas también sucedía alrededor de este quinto día. 

    Sin embargo, los informes también demuestran que los casos transmiten el coronavirus de 2 a 10 días después de la exposición, y plantean cuestiones sobre si el punto óptimo para detectar el virus y los síntomas (cinco días) podría realmente definir cuándo las personas son más infecciosas.

    Al incorporar dicha información, el equipo de Yale informó en un estudio preliminar que una cuarentena de ocho días con un examen mediante el método de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por su sigla en inglés) tanto a la entrada como a la salida es tan bueno o aún mejor que una cuarentena de 14 días en términos de prevenir la propagación del coronavirus. Una advertencia: el examen tiene que realizarse el séptimo día de la cuarentena, y los resultados estar disponibles dentro de las 24 horas, dado lo que se sabe hoy de la ventana de incubación y el riesgo de contagio.

    Luego del registro, un oficial sanitario entregaba kits desinfectantes a los pasajeros. Los kits contenían una cubeta, pastillas de desinfección para hospitales, jabón antibacterial para las manos, un termómetro y toallitas de alcohol.

    Fotografía de Justin Jin

    Los empleados fumigaban el pasillo fuera de la habitación de hotel de Jin muchas veces al día.

    Fotografía de Justin Jin

    Los investigadores de Yale probaron esta estrategia en la vida real en una plataforma petrolera en el mar de la empresa australiana BHP. Los límites de la plataforma petrolera son el lugar ideal para que una enfermedad altamente transmisible se propague. Pero cerrar para controlar un brote sería demasiado caro y podría costarle a la empresa millones de dólares, así que querían encontrar una solución óptima para mantener a sus trabajadores seguros y seguir con el funcionamiento normalmente.

    Antes del estudio, cuando se conocía muy poco sobre el coronavirus, BHP examinaba a todos sus empleados antes de que comenzaran una cuarentena de tres días.

    Desde junio, una plataforma comenzó con periodos de cinco días mientras que otra amplió su cuarentena a siete días desde comienzos de agosto. El examen se realizaba cuando las personas ingresaban en cuarentena y cuando se programaba la salida.

    Jin podía elegir comidas chinas u "occidentales" de un menú predeterminado. Para él, la comida y los gastos del hotel eran muy razonables.

    Fotografía de Justin Jin

    Al mirar los escenarios, el equipo demostró que las pruebas a la entrada no detectaban muchos casos. Los exámenes a la salida en el plan de cinco días detectaban un tercio del total de los positivos. En la opción de siete días, la proporción era de la mitad. En general, estas estrategias detectaban a 16 miembros del equipo infectados que se dirigían a la plataforma en el mar y las pruebas de seguimiento luego de los 11 días no daban ningún caso positivo. Cuando el equipo calculó los posibles beneficios, predijo que una cuarentena de siete días con pruebas a la entrada y a la salida podría prevenir el 98 por ciento de los casos de transmisión poscuarentena.

    Según Townsend, el aporte de esto es que una prueba negativa cuando alguien ingresa en cuarentena puede producir una sensación de seguridad falsa y las pruebas cuando se suponía debían salir fueron la clave para captar los individuos infecciosos y mantenerlos en aislamiento. En base a los resultados de su equipo, no sirvió aplazar las pruebas más allá de los siete días. Townsend dice que su plan fue tan exitoso que otras empresas petroleras han implementado políticas similares.

    A los visitantes se los observaba mediante cámaras de seguridad y no se les permitía abrir las puertas de sus habitaciones a menos que quisieran tomar la comida que les entregaban en bandejas.

    Fotografía de Justin Jin

    Un exterminador visitaba su habitación de hotel a diario.

    Fotografía de Justin Jin

    El experimento de Yale también reveló algo importante para aquellos que se están preparando para pasar las fiestas con familia extendida y amigos. Además de una cuarentena previa lo más larga posible, Townsend recomienda hacerse la prueba justo antes de visitar a la familia. Si te examinas demasiado temprano en el curso de la infección, la carga viral puede ser demasiado baja para detectarse y obtendrás un resultado negativo falso.

    Otro estudio prepublicado, por investigadores de la Facultad de Higiene y Medicina Tropical de Londres, halló resultados similares cuando investigó estrategias para los viajantes internacionales: una cuarentena de ocho días al llegar, con una prueba PCR al día siete, logra una reducción similar del riesgo de transmisión que una cuarentena de 14 días sin prueba alguna. Asimismo, un análisis exhaustivo de los estudios publicados hasta el momento que Çevik y sus colegas publicaron el 19 de noviembre en The Lancet Microbe confirmó la ventana de incubación del SARS-CoV-2; pero también demostró que los casos de COVID-19 no producen un virus viable luego de nueve días de enfermedad. Esto respalda aún más la motivación que existe para que haya cuarentenas más cortas.

    Jin mira por su ventana de hotel y desea poder ver a su padre.

    Fotografía de Justin Jin

    "Quería estar al lado de mi padre antes de la operación que le salvara la vida. Pero todo lo que pude hacer fue desearle suerte por videollamada desde mi hotel, muy cerca de su hospital", escribió Jin.

    Fotografía de Justin Jin

    Cuarentenas más cortas, ¿seguimiento de contactos más fácil?

    Las cuarentenas más cortas podrían aumentar también la efectividad del tercer pilar del control de la infección: el seguimiento de los contactos. En ocasiones, las personas no desean contarles sobre su vida social a quienes están encargados de hacer el seguimiento de los contactos. Además del miedo y el estigma asociado a admitir las actividades de alto riesgo, hay un montón de presión en nombrar a tus amigos sabiendo que se les pedirá que se autoaíslen. Por ejemplo, en el Reino Unido, el sistema actual de examen y seguimiento detecta solo el 20 por ciento de los contactos y, en su mayoría, son contactos del hogar; el sistema falla en encontrar un montón de personas que están posiblemente infectadas.

    "El sistema entero no puede funcionar sin un aislamiento o cuarentena asistida porque falla en todas las etapas", explica Çevik.

    Supone que poner el foco en los contactos que tienen un alto riesgo de haber sido infectados y propagar el virus podría ser más efectivo que hacer un seguimiento de contactos general. Casi el 80 por ciento de las infecciones secundarias se relaciona con el 20 por ciento de los casos. "No tenemos necesariamente que buscar todos los contactos de todos los casos", señala Çevik, pero sí los oficiales podrían priorizar aquellos que podrían seguir propagando el coronavirus desde ese momento.

    En un informe de trabajo reciente, Majumder y Andrew Perrault, compañero de doctorado, hicieron exactamente lo que Çevik sugiere. Su objetivo era reducir la cantidad total de días de cuarentena al remplazar las directrices generales por un enfoque basado en el riesgo. La duración de la cuarentena dependería de las posibilidades de los contactos de adquirir la infección y transmitírsela a otros.

    Dieciséis días después de dejar su hogar, Jin (izquierda) se toma una selfie con su hermano y su padre. Es la primera vez que ve a su padre luego de su exitosa operación. No se les pide que usen mascarillas porque, recientemente, han sido sometidos a pruebas de COVID-19.

    Fotografía de Justin Jin

    "La idea del sistema de cuarentena basada en el riesgo radica en observar los contactos de un individuo en busca de síntomas", indica Perrault. Si aparecen síntomas, es prueba de que esa persona es altamente proclive a transmitir la enfermedad y es muy probable que los otros contactos del mismo evento de exposición desarrollen síntomas más adelante, agrega.

    Normalmente, un caso confirmado de COVID-19 le da sus contactos a quien se encarga del seguimiento; este último toma contacto con todas esas personas y les pide que hagan cuarentena por dos semanas. En un sistema basado en el riesgo, quien hace el seguimiento registra a todos lo que estuvieron expuestos en un evento específico. Si alguno de esos individuos se vuelve sintomático, entonces todos deben continuar con la cuarentena. Pero si nadie desarrolla síntomas luego de un par de días, entonces el riesgo de que alguno de ellos esté infectado es bajo y todos pueden ser liberados antes.

    "La ventaja de este enfoque es que obtienes mayor reducción de transmisión con la misma cantidad de días de cuarentena porque vas tras los grandes propagadores primero", explica Perrault. Este enfoque también aumenta la motivación para cumplir con la cuarentena: si una persona sabe que otro contacto de la misma fuente desarrolló síntomas, es menos factible que abandone la cuarentena, señala Majumder.

    Con un modelo de computadora para simular la transmisión, Perrault y Majumder predijeron que una cuarentena basada en el riesgo, en especial combinada con pruebas de salida, podía reducir la cantidad de días de cuarentena mientras que mantenía el riesgo de transmisión bajo: conforme a las directrices de los CDC, la cantidad de días en cuarentena de todos los contactos de un propagagador inicial es, en promedio, de 62,1, mientras que, en el plan basado en el riesgo, ese número se reduce a 36,1 días.

    No obstante, la cuestión fundamental de los viajes por las fiestas es que lo recomendado podría no diferir demasiado de las sugerencias originales de los CDC en Estados Unidos, porque estos nuevos enfoques requieren recursos que no están universalmente disponibles, como las pruebas rápidas, personal de seguimiento capacitado y la aceptación de los líderes locales.

    "La cuestión es que, si te quieres reunir para las fiestas con amigos y familia fuera de tu círculo de cuarentena o fuera de las personas con las que convives, tienes que hacer cuarentena por dos semanas. Es así", concluye Majumder.

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